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Juicio contra Al Qaeda en España: el periodista Taisir Alony, sentenciado a prisión por otra «garzon

El macrojuicio contra la célula de Al Qaeda en España ha terminado con un reparto de sentencias que no ha dejado de llamar la atención. Lo más curioso es, aparte de las penas de prisión relativamente bajas que se han impuesto a la mayoría de condenados, el que varios acusados han sido absueltos por falta de pruebas, según leemos en Informativos Tele 5

 

Las absoluciones de parte de los reos del proceso se deben según Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal que ha emitido las sentencias, a que "De cinco de ellos, la sala tenía algún indicio de que podían haber participado en actividad delictiva, pero que consideraban manifiestamente insuficiente, y por lo tanto ante la duda se absuelve". A otro acusado, al que en su día se le intervino una filmación turística de las Torres Gemelas de Nueva York, se le absuelve por considerar que ese vídeo –por lo demás, de pésima calidad- no prueba otra cosa que el interés de su realizador por llevarse un recuerdo de esos edificios, al igual que hasta el 11-S hicieron otros millones de turistas como él.

 

Gómez Bermúdez ha sido muy duro con el juez instructor de la causa, el inefable Baltasar Garzón, y con los policías que llevaron a cabo la investigación. El magistrado presidente "ha reconocido que se cometieron errores en la instrucción, llevada a cabo por el juez Garzón, y también que hubo irregularidades policiales. Esto ha motivado que algunas de la pruebas no hayan podido ser utilizadas para probar la implicación de algunos de los acusados", según Tele 5.

 

En concreto, y refiriéndose a las actuaciones policiales, Gómez Bermúdez habla de que hubo "irregularidades policiales que se cometieron durante la investigación, (lo) que ha ocasionado que algunas pruebas no fueran tenidas en cuenta ya que se trataba de "acciones en fraude de ley". De su colega instructor dice el presidente del tribunal que "en su opinión la instrucción fue llevada de forma errática por el magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón". Fuerte palo pues para el Superstar de la judicatura española (aunque no sea el primero que reciba, ni seguramente el último).

 

Con todo, Garzón no ha sido el único figurón de la justicia española que ha intervenido en este caso: por allí andaban Fungairiño y Rubira, destacados miembros del grupo de fiscales autodenominado Los Indomables, punta de lanza de la extrema derecha judicial y especialmente activos durante el mandato de Jesús Cardenal como Fiscal General del Estado. Rubira ha sido el fiscal ponente en el juicio, estrechamente escoltado por Fungairiño.

 

De las palabras de Gómez Bermúdez se deduce claramente que seis acusados han sido absueltos al considerarse que, ante la falta de pruebas, no se les podía condenar con sólo indicios. En cambio, si ha habido una persona a la que, a tenor de lo que se ha oído durante el juicio, se ha condenado a partir de "indicios" y sin pruebas concluyentes en su contra: se trata del periodista español de origen sirio Taisir Alony.

 

Contrariamente a la mayoría de reos que le han acompañado en el banquillo, Alony no es un cualquiera indocumentado, ni mucho menos un fanático zopenco reclutado en cualquier mezquita. Taisir Alony es un periodista de larga trayectoria, un profesional prestigioso cuyo destino más conocido fue la corresponsalía de Al Jazeera en Bagdad precisamente cuando se produjo la invasión de Irak.

 

La condena a Alony se fundamenta en que según la sentencia, el periodista aprovechaba sus viajes profesionales para llevar fondos de Al Qaeda. Sostener a estas alturas que una organización como la de Bin Laden, que ha acreditado una gran maestría en el uso de los mecanismos del sistema financiero internacional para mover fondos de un lado a otro, haya recurrido a un periodista "marcado" para transportar dinero, no deja de ser una idea francamente chocante.

 

Tal vez por ello, Gómez Bermúdez dice que a Alony "no se le ha condenado sólo por llevar fondos, el Tribunal ha examinado seis o siete indicios que nos llevan a la convicción de que colaboró". Habría que conocer mejor esos indicios, y sobre todo saber con exactitud si son seis o son siete… o catorce, o ninguno; se supone que en materia judicial la precisión es importante, y a veces, decisiva.

 

Eso sí, el juez ha aclarado que "en ningún caso se le ha condenado por entrevistar a Bin Laden, al contrario, la sentencia dice que, si hubiera acreditado que sus contactos con los rebeldes obedecían a la labor periodística, sería objeto de reconocimiento de la labor bien hecha". Será por eso que inmediatamente después de esa famosa entrevista exclusiva, realizada por Alony hace cuatro años, comenzaron los problemas para él. Taisir Alony se convirtió en adelante en una verdadera bestia negra periodística para los norteamericanos, quienes intentaron matarlo durante la toma de Bagdad, en el ataque que destruyó la sede de Al Yazeera en la capital iraqí; Alony se salvó milagrosamente, pero algún otro empleado de la cadena qatarí murió en esa acción brutal e incalificable.

 

En realidad este juicio y cuanto a él se refiere es, como quien dice, uno de los flecos de la tristemente célebre Foto de las Azores. Este juicio estaba llamado a haberse llevado a cabo con el Partido Popular en el gobierno. Hubiera sido una especie de ofrenda al emperador de parte de sus leales súbditos españoles: el primer juicio en el mundo celebrado contra Al Qaeda. No empaña esta apreciación la independencia que se les supone a los jueces, pero sí viene a señalar cúal fue el marco político en el que se concibió y en el que debía haberse realizado; pero el 11-M trastocó todo, y el juicio evidentemente no ha sido el mismo que hubiera sido con Mariano Rajoy de presidente del gobierno español.

 

De ahí la levedad de las sentencias, habida cuenta la tangencialidad de los elementos procesados en relación al acto de terrorismo que verdaderamente nos ocupa a los españoles y al actual gobierno del país, el 11-M. Los hombres ahora juzgados lo han sido por su implicación más o menos remota en el 11-S: en su procesamiento, y en cierta escenografía política previa montada a su costa, hay –hubo- cierta intención política de agradar a la Casa Blanca. No es raro por tanto que Garzón fuera el instructor de la causa, como no lo es que ahora la Gran Vedette de la justicia española esté en EEUU aprendiendo "antiterrorismo judicial" allá.

 

Como tampoco es raro que Alony haya recibido una sentencia de siete años a partir de "indicios". Cualquiera diría que al final, visto los bien librados que han salido en conjunto los acusados –porque desde la honradez judicial no podía ser de otra manera-, al periodista hispano-sirio le ha tocado ser sacrificado en el altar en honor de EEUU que preparó Garzón.

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