Sobre las Simonas liberadas y sobre los periodistas españoles muertos en Irak
Regresan las dos chicas italianas que permanecían secuestradas en Irak. A muchos les sorprenden sus primeras manifestaciones: "Los secuestradores han sido correctos y corteses". Hasta les han regalado una caja de de dulces y un ejemplar del Corán a cada una. Vamos, una suerte de secuestradores.
¿Y que van a decir las italianitas? ¿Que las violaron? ¿que las acojonaron con gritos e insultos? ¿que no las dejaban mear solas? Han sido correctos y corteses, claro, como todos los secuestradores: señorita Simona, ¿a qué hora quiere el té? Señorita Simona bis, ¿el baño está en su punto, puede entrar cuando guste…..Coño coño, que imaginación tienen algunos.
Paralelamente aquí, en España, alguien intenta meter en el mismo saco las muertes de los dos periodistas españoles acaecidas en Irak durante la invasión de ese país. Pues ni hablar, no es lo mismo, como diría ese señor que parece cantar con la lengua cortada.
La muerte de Anguita junior…pues sí, es una putada (para él y su familia) que se lo cargaran. Ahora, a mí me deja al fresco. Y que lo comparen con el asesinato de Couso es una canallada.
En primer lugar, Anguita junior era un enchufado de EL MUNDO que viajaba "empotrado" en las tropas americanas; es decir, era un periodista de confianza de los invasores. Couso iba por libre de los militares de los dos bandos, y había pasado la invasión del lado de los agredidos, junto a la gente de a pie.
En segundo lugar, Anguita junior murió durante un combate, al ser atacada su columna por tropas enemigas. Un accidente profesional. Mala suerte. Couso por contra estaba en su habitación del hotel donde se alojaba la prensa internacional, que fue tiroteado por los yanquis aposta para acojonar a los periodistas e "invitarles" a largarse de Bagdad (fuera testigos).
Y en tercer lugar, y por último, Anguita junior era hijo de Anguita senior, uno de los conspiradores que hicieron posible la llegada al poder de Aznar y sus palmeros (véanse las reuniones en casa de Pedro J. con Anguita, Aznar y Anson). Que el señor Anguita senior sufra en sus carnes familiares las consecuencias desastrosas -pérdida de vidas humanas- generadas por la política irresponsable (¿criminal?) de Aznar, no deja de ser una especie de trágica venganza de los dioses.
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