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Libros contra la globalización

Aunque el mercado editorial en castellano es amplio por lo que hace a la edición de obras elogiosas hacia el proceso de globalización, por el contrario abundan bastante menos los textos críticos con este fenómeno. Una especie de "tsunami" editorial inducido y difundido desde los centros de poder que la promueven, amenaza con ahogar toda posibilidad de pensamiento discrepante con esta versión para el tercer milenio del viejo imperialismo hegemonista.

Por desgracia, tampoco en todos los textos supuestamente críticos con la globalización están siempre presentes la racionalidad, la sensatez, el rigor intelectual y la seriedad política. Descontada una cierta profusión de panfletos incendiarios y hueros, nacidos del radicalismo pequeño-burgués más o menos profesionalizado, pocos libros quedan como referentes claros para entender el fenómeno y armarse intelectualmente en contra suya.

A continuación se ofrece una selección de títulos, cuyo conocimiento resulta muy aconsejable para todos aquellos que, desde muy diversas posiciones en la izquierda, quieran argumentar con eficacia una crítica anticapitalista contemporánea, que es tanto como decir una crítica contra la globalización y sus efectos

"¡Alerta, mundo! El nuevo imperialismo americano", de Theodore Roszak. 249 páginas. Editorial Kairos, Barcelona, 2004
El libro de Roszak es una contribución importante de un conocido intelectual "liberal radical" estadounidense, es decir, un pensador fuera del marco político parlamentario de ese país. En este texto se analiza el asalto al poder -primero en USA, y luego a escala planetaria- de la extrema derecha fundamentalista norteamericana, agrupada políticamente bajo la etiqueta neocon y sirviente fervorosa de los intereses económicos de las corporaciones (versión "globalizada" de las antiguas multinacionales).

T. Roszak examina esa singular conjunción neocon entre un pensamiento religioso-metafísico delirante y una voracidad insaciable para toda clase de negocios materiales, así como los temas-fuerza mediante los cuales consiguen generar consenso en torno a sus propuestas (supremacismo blanco, patriotismo paranoico, lucha contra toda diferencia, "idolatría de los mercados", la guerra como videojuego, etc).

Se trata de un texto enormemente pesimista, que retrata nítidamente el grado de alienación colectiva en el que se halla sumergida la sociedad norteamericana desde el 11-S, poniendo bajo los focos a los inductores y beneficiarios directos.

"El hegemonismo de Estados Unidos y el desvanecimiento del proyecto europeo", de Samir Amin. 83 páginas. Edición de El Viejo Topo, 2001.
Desde posiciones más directamente combativas, Samir Amin explicita el proyecto imperialista neoliberal de los EEUU y cómo su imposición hegemónica comporta necesariamente el final del proyecto europeo y el de otros proyectos de desarrollo autónomo, como el de China.

Visto lo ocurrido recientemente con la paralización del proceso de integración política europea tras los referéndums francés y holandés, hay que decir que, probablemente a su pesar, Amin ha resultado profético.

Siguiendo su tesis, la identidad entre hegemonía unipolar USA y globalización universal obligaría a que toda propuesta de confrontación con ambas pase necesariamente por la lucha por un mundo multipolar y democrático. Para Samir Amin, las posibilidades de cambio sólo podrán partir de la conjunción mundial de las fuerzas alternativas: algo así como la globalización de fuerzas antiglobalizadoras.

"Contra el pensamiento único", de Joaquín Estefanía. 474 páginas. Editorial Punto de lectura, Barcelona, 2000.
Desde la socialdemocracia crítica pero aún en cierto modo ortodoxa, el antiguo director del prestigioso diario español EL PAIS recopila en este libro artículos suyos de los años noventa que introducen catas en la política, la economía y la sociedad posteriores al hundimiento de los regímenes comunistas europeos (1989).

Para Estefanía, éste es el tiempo del "fascismo dulce", favorecido por la crisis de la vieja izquierda y la defunción del liberalismo real. Avanza el desorden internacional -paradójicamente propiciado por el hegemonismo incontestable de EEUU-, mientras el modelo de bienestar europeo estaría en cuestión más por autoparalización que por agotamiento o fracaso.

La suya es una visión periodística de un fenómeno de alcance universal, monolítico pero con tan múltiples facetas que resulta difícil conocerlas todas. El libro de Estefanía más que una aproximación general al tema es en realidad un inventario, y por tanto una guía muy útil para adentrarse en él.

"El Imperio frente a la diversidad del mundo", de Sami Naïr. 285 páginas. Ediciones DeBolsillo, Barcelona, 2004.
El catedrático y político socialista francés, de origen árabe, Sami Naïr, aborda en este espléndido libro los pormenores de lo que llama "El imperio mercantil", es decir el sistema de poder mundial organizado por las oligarquías transnacionales, en su mayoría de raíz y obediencia estadounidenses. Según Naïr, semejante tinglado ha declarado una especie de "guerra social globalizada" al conjunto de la Humanidad, cuyas únicas opciones ante el envite son someterse a la depredación imperial o desaparecer.

El imperialismo norteamericano, refrenado en parte durante la Guerra Fría por el temor a una confrontación abierta con la URSS, ha perdido toda contención una vez desaparecida la potencia que le equilibraba siquiera fuera sobre el papel. El poder de EEUU se despliega ahora en toda su verdadera y sobrecogedora dimensión, dando vía libre a las apetencias sin límite de unas oligarquías económicas cuya filosofía de explotación universal parecería estar dictada por la convicción de que los recursos naturales son infinitos e inagotables, y los seres humanos simples objetos animados carentes de interés por sí mismos salvo cuando son "de los nuestros".

Las "guerras comerciales" contra Europa, la rapiña de los recursos primarios (especialmente los energéticos) del Tercer Mundo, la imposición de la (sin)razón del más fuerte como principio rector de las relaciones internacionales, o el abandono a su suerte de regiones enteras del mundo (especialmente en África negra), son las prácticas globalizadoras más evidentes denunciadas por Naïr.

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