Truman Capote retrata una época en sus cuentos
"Cuentos Completos", deTruman Capote
332 páginas Ed. Anagrama, Barcelona, 2004
Truman Capote nació en el profundo sur de los EEUU, en 1924. Su infancia y adolescencia coincidieron pues con los años de la Gran Depresión y posterior lanzamiento mundial de su país como gran potencia mundial. Fue el final de una época, los años que van de la Guerra Civil al final de la Primera Guerra Mundial, y el inicio de otra llena de incerteza y malos presagios.
En esos años se consolida y ahonda la trinchera entre el norte y el sur del país. Un norte urbano, progresivamente instalado en el mito del éxito social fácil y en el que toda sofisticación es posible, y un sur sumido en el sueño provinciano y polvoriento de pequeñas ciudades aparentemente tranquilas pero plenas de conflictos enquistados.
Entre esos dos mundos navega un Truman Capote que cuando escribe su primer cuento -"En las paredes frías", quizá el mejor de todos- tiene sólo 20 años. A partir de esa primera experiencia, y a lo largo de toda su vida pero principalmente en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, el escritor sureño va alumbrando una sucesión de cuentos de factura impecable, muy trabajados desde el punto de vista literario. Con todo, y más allá del virtuosismo de Capote, la virtud principal de sus cuentos reside en la precisión casi entomológica conque capta tipos y situaciones, que por otra parte el autor conocía a la perfección.
Cada uno de sus cuentos es una sutil miniatura, una joya de orfebrería que proyecta secuencias concretas del transcurso de vidas de personajes cuya psicología y mentalidad queda perfectamente descrita: jovenzuelas de las clases altas neoyorkinas, humildes oficinistas, soldados desmovilizados, niñas campesinas, trepadores sociales, negros pueblerinos, mujeres inmersas en la soledad…la galería de retratos es inagotable, y todos y cada uno de ellos tienen vida propia y actuan con naturalidad conforme a su propia esencia individual, siendo a la vez reflejo de un cierto colectivo social. Sus urbanitas desclasados recuerdan rápidamente al Tom Ripley joven que tan brillantemente delineó Patricia Highsmith; y es que todos ellos son hijos de su tiempo y de la amoralidad de una sociedad que prometía el triunfo a cualquiera y se lo negaba a casi todos.
Al igual que los cuadros de Edward Hopper, los cuentos de Truman Capote, ahora reunidos en un solo volumen por primera vez en castellano, nos muestran el aspecto cotidiano de un mundo lejano en el tiempo y en el espacio pero en el cual están las raíces de los EEUU del presente. La maestría conque Capote compuso cada uno de los retazos de este gran fresco social que son sus Cuentos Completos, mantiene toda su viveza gracias a una traducción excelente.
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