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Angel Acebes, un tonto con suerte

Esta nota fue publicada originalmente exactamente seis días antes del 11-M. Al releerla ahora, y a pesar de los dieciocho meses transcurridos, creo que sigue teniendo validez plena, no sólo porque el retrato que en ella se hace del personaje en cuestión –el entonces ministro del Interior del gobierno Aznar, hoy portavoz parlamentario del Partido Popular- sigue identificando con justeza al individuo y a su circunstancia, sino porque además creo expresa bien el ambiente político encanallado y ventajista que se propiciaba desde aquél infame equipo gubernamental que dirigiera José María Aznar, en vísperas del que sería el mayor ataque terrorista padecido en Europa y ante el cual aquél gobierno reaccionó del modo que todos sabemos.

Desgraciadamente, el último párrafo resultó profético. Hoy sabemos que en plena recta final de la campaña electoral, el Estado Mayor del PP y el gobierno Aznar sabían que iban a perder las elecciones del 14-M; sólo un acontecimiento extraordinario, un gran atentado de ETA, podía darles de nuevo la mayoría…

¿Esperaba el gobierno del PP un atentado? ¿Conocía el gobierno del PP que se iba a producir un atentado? ¿Deseaba el gobierno del PP un atentado?.

“El perfil criminal” inventado por Angel Acebes fue la excusa del entonces ministro del Interior para mantener la presión policial y mediática sobre Dolores Vázquez, acusada del asesinato de Rocío Wanninkhof contra quien jamás hubo prueba alguna de su participación en los hechos (finalmente hubo de ser exonerada de todos los cargos tras pasar diecisiete meses en prisión), pero a quien al parecer y a tenor de las declaraciones que aparecían en la prensa por aquellos días, Acebes y algunos mandos de la Guardia Civil de Andalucía se la tenían jurada.

Publicado el 5 de marzo de 2004 en IzaroNews con el título “Jamás ha existido un tonto con más suerte que Angel Acebes”. Se publica ahora íntegramente, tal como apareció entonces.

Si la media tonelada de explosivos que ETA pretendía hacer estallar en Madrid hubiera cumplido su objetivo, a estas horas las encuestas le estarían dando al PP sobre los 200 diputados; simultáneamente, la carrera política de Angel Acebes habría llegado a su fin. Y sin embargo, el puro azar -un accidente de tráfico, según TV3-, ha permitido salvar un montón de vidas, y de paso la cabeza política de este tonto con redundancia.

Probablemente Acebes sea el ministro del Interior de menor talla desde que existe la democracia en España. Acebes es, entre otras gracias, el creador de esa aportación a la ciencia criminalística que él mismo llamó el "perfil criminal", algo así como el descubrimiento de un delincuente a partir no de los hechos sino simplemente de los prejuicios que pueda generar su personalidad y estilo de vida. Ni pruebas ni puñetas: se coge a un presunto, se analizan sus tendencias sexuales, el medio en el que vive, su supuesta relación con otras partes implicadas en el crimen, y ya tenemos un culpable. De vergüenza ajena.

Por lo demás, Acebes, insigne meapilas, vinculado a los Legionarios de Cristo -esa secta aún más siniestra que el Opus y comandada entre otros por Ana Botella-, ha alcanzado el cénit de su gloria en esta campaña electoral. Resulta que don Acebes, ministro del Interior, fue designado presidente del Comité Electoral del PP en esta campaña. Como si esto fuera una dictadura caribeña, el hombre que, en tanto que ministro del Interior en teoría está llamado a garantizar la limpieza y neutralidad del proceso electoral, resulta ser a la vez ni más ni menos que el máximo responsable electoral del partido en el Gobierno. Si ahí no huele a pucherazo, ya me dirán dónde.

El caso es que a Acebes le faltó tiempo ayer domingo para montarse una rueda de prensa y sacar pechito a cuenta de un éxito policial a celebrar por todos; un éxito que sea cual sea su causa última -la pura casualidad, la información llegada de otro país, o una investigación interior bien llevada-, debe alegrar a toda persona cuyo cerebro funcione dentro de parámetros de normalidad.

Pero naturalmente el presidente del Comité Electoral del PP en funciones de ministro del Interior no podía dejar pasar una ocasión así para enviar una andanada de mierda contra Carod Rovira, con destinatario final en Zapatero y el PSOE.

Dijo Acebes que Carod Rovira estaría contento de que los 500 kilos de explosivo fueran destinados por ETA a un atentado en Madrid, "para matar madrileños, andaluces y hasta a algún catalán" (reparen en el "y hasta a algún catalán", que expresa toda la estulticia mental de este imbécil con cargo público), "en vez de a Catalunya, tal como él (Carod Rovira) ha acordado y hasta escrito "(sic).

Es decir, se vuelve a machacar una y mil veces sobre el mismo mensaje intoxicador, siguiendo el principio gobbeliano de repetir las cosas tantas veces como haga falta hasta que acaben calando. A estas alturas, está claro que toda la campaña del PP girará en torno a este asunto.

La respuesta de Carod Rovira fue nombrar, a Acebes y a sus amos, con el epíteto que merecen: miserables. Entre paréntesis, es una suerte que Carod y otros más hayan descubierto por fin quién es esa gentuza, y cómo son capaces de sacar ventaja de temas como el terrorismo con tal de mantenerse en el poder. Lástima que el PP lleve actuando así al menos desde los años noventa, pero entonces Carod y otros muchos miraban para otro lado porque la cacería era exclusivamente contra los socialistas.

Ciertamente, el PP estaba esperando un atentado. ¿Lo deseaba, como también dijo Carod ayer? A la vista del sadismo exhibido por Acebes en la rueda de prensa, la respuesta está al alcance de cualquier inteligencia mediana.

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