Adiós a Eduardo Haro Tecglen
Hoy ha muerto el periodista Eduardo Haro Tecglen. Tenía 81 años, y durante décadas ha sido una de las referencias intelectuales de la izquierda española. Se definía a sí mismo como "el Niño republicano", quizá porque su infancia, feliz y burguesa, coincidió con los mejores años de la II República Española. Luego vino la guerra promovida por quienes odiaban cuanto Haro amaba y defendía. Tras el triunfo militar del fascismo, los largos años de opresión y mentiras forjaron en Haro un carácter rebelde, amargo y combativo, que ha mantenido hasta el último instante de su vida.
Republicano, comunista, anarquista, ateo, librepensador… cada uno de estos ismos podría definir en parte a Haro Tecglen, y todos ellos juntos sustentan el pensamiento ácido y lúcido de un testigo del siglo XX. Periodista de raza, Haro Tecglen estuvo detrás de la mítica revista TRIUNFO, que tanto contribuyó al rearme intelectual de la izquierda española en los años del tardofranquismo.
La claridad de sus ideas y su estilo llano y directo, sin tapujos ni circunloquios, a la manera del viejo periodismo español, le valieron multitud de enemigos. Pocos intelectuales de izquierda han sido tan odiados por la España Negra como lo es Haro Tecglen. Hoy le despedimos, sabiendo que con él se va un referente ético y, en cierto modo, se cierra una época.
A continuación se reproduce su último artículo, publicado esta misma semana.
HAMBRE PARA TODOS
Es el Día de la Alimentación. O sea, día del hambre; si una palabra parece negativa, se la convierte en positiva y todo es más sereno. Hay 850 millones de personas muriéndose de hambre en este momento, y a medida que van cayendo van siendo sustituidas por otras; dentro de un año habrá novecientos millones; en seguida, un billón. Otras resisten más, y las situaciones varían desde el hambre fetal, de antes de nacer, a la de los ancianos que es lenta, pero que reduce las estadísticas de medias de vida: la que en España es de ochenta años, allá –el Níger, por ejemplo, de donde escapan y son entregados a las balas y al desierto, por nuestra grata colaboración con Marruecos— no alcanzan cuarenta. La mitad de mi vida está robada a un hombre lejano y desconocido que habrá muerto a los cuarenta en una tierra de las que colonizamos y de las que independizamos después, sin atender mas que a las glorias del Imperio y a que los nuestros engordasen impúdicamente. A menos que el día de la alimentación, lo aprovechen para hacer una dieta sana y gastar el dinero de los otros en los establecimientos recomendados y agradables de nuestra naturaleza. Donde, por cierto, 8 millones de españoles tienen hambre. Hoy, hoy mismo.
Eduardo Haro Tecglen
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